Hace ya 10 años que un grupo de vecinas de Fulton pusieron en marcha una fábrica de alfajores que funciona en una remodelada sala de la vieja estación de trenes. El emprendimiento surgió a partir de un curso de pastelería realizado en la escuela a cuyo término decidieron apostar por una actividad que les permitiera quedarse en el pueblo.

Desde el principio tuvieron claro que sus productos debían reforzar la identidad local. Lograron un producto que se insertó rápidamente en el mercado de los regionales de Tandil y la zona, gracias a su calidad y originalidad: son cuadrados y los hacen en cuatro sabores: vainilla con chocolate blanco, café con pasas, limón y chocolate con nuez. Son totalmente artesanales, desde las tapitas hasta el empaquetado. Se puede visitar la fábrica y hacer una degustación allí mismo o conseguirlos en el Almacén del pueblo.

Cómo llegar